El concurso de acreedores en Mallorca se pone en marcha cuando una persona jurídica o física se declara insolvente, es decir, que no puede hacer frente a las deudas con sus proveedores. En este momento aparecen dos figuras, por una parte el deudor (que es quien debe el dinero) y, por otra, el acreedor (que es el perjudicado).

Se recurre al concurso de acreedores en Mallorca en dos escenarios, la quiebra o la suspensión de pagos. La diferencia entre ambas es que, con la primera, el valor de los activos es menor que el total de lo que se debe; sin embargo, el segundo escenario se da cuando no se puede hacer frente a una deuda en el plazo establecido por una falta de liquidez, por lo que se entiende menos grave que la quiebra.

El concurso de acreedores se inicia cuando lo solicita algún acreedor. En cualquier caso se realiza ante el juzgado mercantil de su provincia, y el juez es el encargado de tramitarlo, siguiendo varias fases. El objetivo es, obviamente, que el deudor acabe pagando.

1 - Una vez presentada la solicitud, el juez tiene que admitirlo. Para ello, los acreedores tienen que demostrar cuánto dinero le deben presentando una relación de deudas y facturas impagadas.

2 - El juez examina la lista y decide cuáles admite y cuáles no, nombrando a un administrador que se encargará de negociar el pago de la deuda. Esto puede implicar llegar a un acuerdo para ampliar el plazo de pago o incluso una quita de la deuda. En el caso de no llegar a un acuerdo, se puede llegar a liquidar el negocio para hacer frente al pago, la ley establece que los proveedores más débiles serán primeros en cobrar.

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